Gustavo Bernal actualmente es el director del museo de las Dos Estrellas ubicado en Tlalpujahua Michoacán, lugar catalogado como Pueblo Mágico. Bernal es además artista plástico, su obra es atrayente, subyuga la mirada por su fuerza, por su honestidad al momento de expresar la naturaleza del mexicano, punzante como aguja de maguey, plena como una noche estrellada. A Gustavo lo conocimos en nuestra última visita a este hermoso lugar michoacano a donde acudimos siguiendo la pista de los López Rayón.
Entramos al museo a su cargo y nos percatamos de los murales y las pinturas de su autoría que actualmente son parte del museo, aunque según nos enteraríamos más tarde, no estarán en este sitio por mucho tiempo. Bernal no acostumbra a dar entrevistas, al menos eso fue lo que nos dijo nuestro anfitrión y guía por el Museo de las Dos Estrellas, un joven inteligente y conocedor de ese sitio que antaño fuera una de las minas más prósperas de México gracias al trabajo arduo y a la sobre explotación de los mineros en su mayoría mexicanos. Pero ese día estuvimos de suerte. El pintor nos recibió en su estudio, un lugar lleno de luz, con grandes libreros repletos de documentos y artesanías, pinturas e imágenes en cada una de las paredes, Zapata en una de ellas, López Rayón en otra. Tomaba un licor carmesí cuyo olor semejante a la cereza, envolvió nuestra atmósfera durante la conversación, que no duró más de media hora, ello debido al estado de salud de nuestro anfitrión.
Fumaba y con voz rasposa, desde el mar de su experiencia contó un poco de la historia del lugar, orgulloso habló del trabajo del minero, con indignación del látigo explotador del extranjero dueño del lugar en sus mejores tiempos. Mencionó a los hermanos Rayón y comentó un poco del dolor que le causa México, herida que sangra continuamente, país de pobrezas y riquezas. En muy poco tiempo nos pudimos dar cuenta de la fuerte personalidad de este hombre, uno de los pioneros del perredismo nacional, luchador social, presidente municipal de su pueblo en dos ocasiones, amigo de Cuahtémoc Cárdenas con todas las implicaciones positivas y negativas que conlleva estar tan cerca de la política mexicana, pasajero constante y conciente del papel del arte en la vida de un pueblo. A continuación la charla que mantuvimos con el artista.
Historia del artista
Soy Gustavo Bernal vivo en Tlalpujahua y nací en Tlalpujahua, le di la vuelta al mundo a la derecha y viré por el lado izquierdo, y aquí estoy otra vez. Haciendo el Museo de las Dos Estrellas, rescatándolo, tengo como doce años, aunque con este proyecto tengo más, como treinta porque antes tuvimos que pasar por muchos pleitos legales, así que tenemos doce años rescatando esto, que es un lugar que comprende una antigua mina, llamada de las Dos Estrellas descubierta por un francés y explotada por él durante 38 años hasta que la hicimos cooperativa en la época de don Lázaro.
Esta mina tuvo una gran riqueza en oro, eso era grandioso si consideramos que la gran mayoría de las minas son sólo plata y otros minerales: el oro es el más raro y fue el material principalísimo en este sitio. Pero donde hay oro siempre hay problemas, esto es viejo, incluso desde la época de los prehispánicos. Como todos saben, en Tlalpujahua estamos entre dos culturas: la nahua y la purépecha cuyos habitantes subían aquí a pelearse por las arenas que había y después en 1531 empezaron a hacer minas los españoles. Tlalpujahua es un pueblo muy interesante y en particular esta mina tiene mucha historia, ello a pesar de que ha habido muchos pleitos e incluso ya la estábamos perdiendo en algún momento. Esta mina se cerró en 1960 porque el mundo ya había cambiado de cuando la cooperativa fue tomada por los mineros en el 38, en la época de don Lázaro, una época muy bonita, la fecha: 15 de marzo del 38, muy significativo porque ustedes se acuerdan que el día 18 don Lázaro hace la expropiación petrolera, ese movimiento era todo un proyecto que traía Lázaro Cárdenas para hacer la restauración de nuestros recursos. Aparte es bonito porque en una mina entran todos los conocimientos del ser humano para poder convertir las piedras o los metales en riqueza humana, gastable, todo un proceso que involucra todas las ciencias, todos los esfuerzos y todos los peligros y como resultado pues dan unos pedazos de oro y cosas así.
Este Museo pertenece a tres generaciones de tlapujahuenses, se sostiene con los donativos que dan los visitantes, que son muchos que no viven aquí en la región, porque un poquito antes de que se hiciera cooperativa hubo una tragedia como diez veces mayor que la que hubo en Angangueo a principios de febrero del 2010: una semana también muy lluviosa, se reblandecieron los depósitos donde se tiraban los jales, que son ya las piedras molidas, y había 18 millones de toneladas de este material, (eso quiere decir una montaña) y se bajaron como 6 a 8 toneladas juntas, y barrieron una tercera parte del pueblo, la parte baja, y murieron, no sé, nunca se supo, entre 400 y 500 personas. Después los mineros, que siempre tienen una población golondrina, digo yo, porque van de un lugar a otro buscando trabajo, vivieron una tragedia muy fuerte y eso provocó que los extranjeros, que no querían pagar indemnizaciones ni nada, tuvieran que vender la mina.
Pero esa mina duró hasta el año del 60, ya para esa época el mundo había cambiado, los costos, los precios, las políticas, la cultura, la manera de ver todo, y ya no fue posible seguir trabajando. Además las betas están mucho más abajo, y cada metro hacia abajo cuesta mucho. Los mineros de aquí solicitaron un crédito, pero se endeudaron con la Comisión de Fomento Minero, en dos años su deuda había aumentado de 700 mil pesos a 3 millones y medio, entonces acordaron vender malbarataron a judíos que vinieron por todas las maquinarías e hicieron pedazos casi todo, se vendieron 56 kilómetros de vías de todo lo que entraba y salía a la mina, miles de motores, maquinaría, el archivo desgraciadamente se tiró también, se perdió, cuando llegamos aquí todo estaba en ruinas, un sólo documento encontramos en el techo y eso ya todo orinado por un tlacuachito que hizo ahí su casa. Afortunadamente con los donativos de los descendientes de esos mineros que son muy prolíficos, (le calculo que en la ciudad de México hay más de dos millones de descendientes, porque los mineros son muy querendones), se pudo rescatar la mina. Esos mineros en su mayoría se fueron a vivir a México desde los 40 porque tenían capacitación técnica que no había en el país en ese entonces y llegaron a compañías que eran muy pequeñas como Cobres de México e hicieron que esas plantas crecieran. Entraron incluso a la Mexican Light and Power Company, que es compañía de Luz ahora, extinta según dicen, y de este modo todavía siguen muy ligados a su tierra, a sus conocimientos a su manera de vivir, porque aquí vivimos de manera diferente.
López Rayón Rayón es el héroe más interesante de Tlapujahua. Desgraciadamente los pueblos mineros somos pueblos mártires, mártir es un pequeño minero flaquito, chiquito que viene a buscar chamba y que tiene que meterse dos kilómetros por el túnel y luego bajar 500 metros más, exponiendo su vida. Mártires todos a los que se les ocurrió que querían hacer patria y nación junto con los Rayón. Rayón era un abogado, el primero que interpuso el recurso del Abias Corpus en América un hombre de mucha preparación y sobre todo de visión y aparte como minero sabía construir sus cañones, sus armas, por lo cual los primeros años de la independencia se nutrieron de su conocimiento. En el Campo del Gallo, que es un cerro que tenemos aquí, los independentistas tuvieron un fuerte, ahí fabricaban armas. Muerto Hidalgo y muerto Morelos, los Rayón mantuvieron una guerra de guerrillas en esta zona Michoacán incluso en Guanajuato contra los realistas, aunque los listos o los convenencieros de siempre hicieron una unión para hacer la declaración de Independencia, con Iturbide y demás gente, y los hermanos Rayón volvieron a hacer los contrarios. Por eso no están en el Ángel de la Independencia, además no creo que les hubiera interesado estar con sus propios enemigos. Con todo eso y más Ignacio López Rayón es un personaje muy interesante, además no fue sólo él, sino toda la familia. Me duele México mucho, me duele, porque viajé mucho. Un día se me ocurrió ir a Europa para comparar con lo que yo veía de México y saqué muchas comparaciones y me di cuenta personalmente que tenemos un país maravilloso y que los mexicanos somos muy inteligentes pero también supe que los mexicanos fuimos sometidos muy fuerte por los españoles y luego por los franceses y por los ingleses. Nos hemos dejado dominar, hemos dejado nuestras decisiones de gobierno a otros, pero siempre entregando nuestra riqueza y nuestras posiciones. Habemos algunos rebeldes que no estamos de acuerdo pero trabajamos separados, no sé qué nos pasa. Fui muy inquieto y siempre me puse del lado de los perdedores porque no me gusta ver la injusticia, no puedo comer a gusto si veo que junto a mi casa hay un señor que no tiene qué comer, es un vicio feo, pero así soy, así se me hizo. Y pues he pintado en muchos lugares, pinto murales gratuitos para que la gente los vea, no busco el futuro ni nada, y mis cuadros otros, son pedacitos de vida, desgraciadamente son muy fuertes, pero a la gente la hacen pensar. Ahora los artistas no se dedican a eso, se dedican a agradar. Yo pinto a los mexicanos con la cabeza levantada, como me gustaría verlos, como éramos. En estos momentos además tenemos enemigos muy fuertes como la televisión y sus monopolios que nos manejan completamente toda nuestra juventud, niños y niñas tan bonitos e inteligentes y con televisión todo el día, ¿a dónde vamos a parar? Pocos somos los que levantamos la mano y la voz para decir: ¡cuidado con esas cosas!
Fui parte de un movimiento cultural que se hizo en Tepito pintando murales en las calles retratando a la misma gente, los hacíamos sentirse orgullosos y fue todo un movimiento importante hace unos treinta años, se llamaba “Tepito arte acá, una propuesta imaginada”. Cuando llegaron los españoles los indígenas eran 27 millones, ochenta años después con enfermedades y guerras, quedaban millón y medio, y después hicimos una nueva raza que es el mestizaje, los españoles traían 5 6 razas mezcladas, lo que nos pasaron tanto genéticamente, como culturalmente, y nos volvimos un coctel que espero en unos 20, 30 años pueda cuajar, proque eso siento, como que no hemos cuajado: así como se hace una tormenta así también se hacen las culturas y los movimientos sociales.
El artista sí puede cambiar la sociedad, por eso los grandes capitales tratan de cooptarnos como artistas y ofrecen dinero para que pintes cosas bonitas, a sus señoras, para que lo que escribes sea anodino, o las películas, te ponen un dios que es el dinero, pero el dinero es la manera más fácil de hacer las cosas, por eso las cosas que hacen no son muy valiosas.
Fui parte de un movimiento cultural que se hizo en Tepito pintando murales en las calles retratando a la misma gente, los hacíamos sentirse orgullosos y fue todo un movimiento importante hace unos treinta años, se llamaba “Tepito arte acá, una propuesta imaginada”. Cuando llegaron los españoles los indígenas eran 27 millones, ochenta años después con enfermedades y guerras, quedaban millón y medio, y después hicimos una nueva raza que es el mestizaje, los españoles traían 5 6 razas mezcladas, lo que nos pasaron tanto genéticamente, como culturalmente, y nos volvimos un coctel que espero en unos 20, 30 años pueda cuajar, proque eso siento, como que no hemos cuajado: así como se hace una tormenta así también se hacen las culturas y los movimientos sociales.
El artista sí puede cambiar la sociedad, por eso los grandes capitales tratan de cooptarnos como artistas y ofrecen dinero para que pintes cosas bonitas, a sus señoras, para que lo que escribes sea anodino, o las películas, te ponen un dios que es el dinero, pero el dinero es la manera más fácil de hacer las cosas, por eso las cosas que hacen no son muy valiosas.
1 comentario:
Extraordinario el Museo de la Mina Dos Estrellas. Todo el arte de Bernal es impactante. EL pueblo es en verdad mágico y lleno de historia.
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