Por Emma Aguado
Todo
ocurrió un fin de semana cuando la mayoría de los guanajuatenses estaban
concentrados en festejar a sus respectivas madres y abuelitas, por eso la nota
casi pasa desapercibida, era 12 de mayo de 2013, domingo por cierto, cuando
abrimos los periódicos y nos enteramos entre rebanada de pastel y gelatina que
las corridas de toros y los eventos de charrería habían sido declarados por el
gobierno guanajuatense como Patrimonio Cultural Inmaterial en toda la entidad.
Fue una sorpresa porque días antes movimientos animalistas en la entidad decían
que era posible que Guanajuato se declarara anti-taurino luego de un arduo
trabajo de cabildeo con legisladores del Congreso Local. La iniciativa había
sido impulsada por la Asociación Nacional de Matadores, por los Centros
Taurinos leoneses sobre todo, pero también irapuatenses, por la Asociación de
Criadores de Toros de Lidia, entre otras. Al final el decreto fue firmado por
el gobernador Miguel Márquez, “declarando el carácter cultural, histórico,
social, económico y ecológico de la llamada fiesta
brava y de la charrería”, así lo dijo orgulloso ese día.
Pero la más sorprendida fue Erika
Alcocer Zúñiga, quien se ha dedicado durante años a rescatar animales quemados,
abusados sexualmente, mutilados, teniéndolos que arrebatar de las manos de los
propios dueños porque ella había sido una de las principales impulsoras en el
Congreso Local de la Ley Anti-Taurina como ya se le conocía, “hubo mucha
controversia, estaba a unos días la votación en el Congreso para prohibir los
toros en el estado pero un sábado antes se hizo un arreglo no se cuál
exactamente, pero es evidente que fue un arreglo. Ha sido la batalla más feroz
que hemos dado recientemente los animalistas en el estado y la seguiremos dando,
porque continuaremos denunciando que los toros son un gran negocio, son
espectáculos inhumanos que se aprovechan de los animales, que son un capricho
de unos cuantos”.
Erika creció en un lugar
donde la miseria era el pan de todos los días, cuando tenía nueve años vivió en
Celaya muy cerca del río Laja a la orilla de la carretera, en un lugar en donde
la gente era muy pobre igual que sus animales. En un principio por instinto recogía
perros de la calle para llevarlos al veterinario y ponerlos en adopción sin mucho
conocimiento al respecto, tiempo después, al dejar su casa para irse a estudiar
a la capital, quedó muy sorprendida de que Guanajuato a pesar de su nivel
cultural careciera de espíritu pro animalista. Un buen día llegó al Congreso
Local para preguntar a la primera persona que vio en aquel edificio ubicado muy
cerca de la Plaza de la Paz, si acaso había leyes para proteger a los animales
en el estado, tenía 17 años, se veía tímida, no sabía qué hacer, “un amigo me
dijo nunca te acerques a preguntar con la cabeza agachada y con vergüenza el
Congreso es la casa del pueblo y tienes derecho a preguntar y a que se te
responda”. Así empezó su compromiso con los animales en el estado, comenzó a
investigar para que no la volvieran a sorprender y por eso hoy sabe que desde
2003 hay una Ley
Estatal para la protección de los Animales Domésticos que
en pocos municipios funciona, además de que la mayoría tienen reglamentos que
no corresponden a la leyes federales de protección a los animales, “empecé a
trabajar con grupos como ANIMARE para plantear la necesidad de que ya era hora
de que las leyes dejaran de ser solamente administrativas y que las sanciones
fueran más duras, de carácter penal, ello debido sobre todo al alto nivel de
maltrato animal en el estado en temas como la zoofilia, problema del que poco
se sabe pero que es muy extendido en Guanajuato”.
En los más de 18 años que
Erika lleva luchando en pro de los derechos de los animales ha estado
involucrada en varios grupos de defensa, razón por la cual ha ubicado a unos 50
de este tipo en todo el estado de Guanajuato localizados en León, Irapuato,
Dolores Hidalgo, Acámbaro, Celaya, Salamanca, Valle de Santiago, entre otros;
en los últimos meses funda Si Esperanza Animal asesorándose con animalistas de
otros municipios como Irapuato en donde trabajan con adopciones y
esterilizaciones, grupo que funciona sobre todo entre Guanajuato y León. “Mi
herramienta es investigar sobre leyes en otros países donde está comprobado que
sí se puede manejar una legislación animalista funcional, y por Internet veo lo
que ha servido y cómo se puede aplicar en nuestro estado”.
En estos días hay una
iniciativa que a través del Partido Verde Ecologista de México (PVEM) se ha
estado analizando en el Congreso Local impulsada por los grupos en defensa de
los animales que busca reformar la ley que ya existe de 2003 a la que
consideran obsoleta buscando que sea mucho más amplia y que lleva el nombre de Ley Estatal para a Protección Animal que protegería a los
animales de cualquier acto de crueldad con sanciones más severas, pero sobre
todo lo que se busca es reformar el Código Penal de nuestro estado, “porque los
animales están cosificados, soy un algo de alguien, y como el estado no tiene
derecho a decirte cómo tratarlos por esa razón sólo regulan algunas cosas
elementales como el que no estén expuestos al hambre, sol, lluvia, pero
mientras sigan siendo objeto y no se les considere lo que son: seres vivos,
están desprotegidos, ese es el problema de punta. Pero no hay acuerdos con los
legisladores debido a que no les conviene, hay muchos intereses con los
animales cosificados que dejan ingresos: los perros, gallos, toros son
espectáculos de violencia que al final son negocios. El Partido Acción Nacional
(PAN) se opuso a que se hicieran tres foros, de consulta de este tema tan
importante en Celaya, Irapuato y León, para juntar activistas, veterinarios, y
especialistas del gobierno federal para analizar el tema, pero dijeron que no,
desconocemos por qué. Será porque la ley que impulsamos toca el tema taurino y
de gallos”. Se prevé que en esta misma semana haya movilización de animalistas
en el Congreso Local donde se tendría que definir qué pasará con la iniciativa
de ley.
Y como mucho del trabajo de
estos grupos animalistas ha sido en el Congreso Local, hay varias iniciativas.
A principios de este año se hizo un exhorto para crear una que prohibiera los
circos con animales en los 46 municipios del estado, “porque demostrado está
que los animales están tristes, lastimados, humillados, en los circos, está
documentado”, y hasta el momento sólo León y Pénjamo han respondido
positivamente a este exhorto que se mandó a todos los municipios, muchos de
ellos, el caso de Acámbaro, ni siquiera lo han tomado en cuenta. “Ahora lo que
tocará más bien es acercarse a las sesiones de ayuntamiento de todos los
municipios para preguntar si recibieron el exhorto, hay otro también que es el
de buscar evitar que los menores de 14 años asistan a los espectáculos donde se
genera violencia animal”.
Erika que al día de hoy cuida
en su casa a tres gatos, a varias tortugas, a un perro y a otros llamados
ferales que llegan a comer a su casa, asegura que este año no quitará el dedo
del renglón hasta lograr que en Guanajuato los animales de todo tipo tengan una
mejor vida, aunque eso implique seguir manifestándose afuera de las plazas de
toros, en las tiendas de mascotas, en las ferias, en los circos, en el Congreso
Local, en donde sea, “hacer ruido para que nos escuchen hasta que haya
sanciones más contundentes para los maltratadores de animales”, finaliza.
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